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sábado, 29 de noviembre de 2014

VESTIGIOS EN LOS CABITOS


 En setiembre de este año, fueron expuestas las prendas halladas en las fosas del cuartel militar "Los Cabitos" en Ayacucho. Estos restos son practicamente el único vestigio para que los familiares de desaparecidos durante el conflicto armado interno puedan encontrar y reconocer a sus ausentes.

La exposición recorrió Lima por un mes, primero en el segundo piso de la Defensoría del Pueblo y luego en las Aldeas infantiles SOS en el distrito de San Juan de Lurigancho.

Antes de ingresar, el personal que custodiaba la muestra, les pedia a los familiares que cerraran los ojos y trataran de recordar la ultima vez que vieron a sus familiares con vida y pensaran en que ropa tenían puesta. Fueron 16 las familias que reconocieron la prenda de un ser querido.

Lidia Mancilla es una de ellas. Acompañó a su madre, Hilda Morales a ver la muestra, y pudo reconocer un short de azul desteñido como el que tenía su hermano cuando se lo llevaron un grupo de militares. "Es de mi hermano, José Carlos", dijo la joven. "Tenía una bolsita en su interior en la que se guardaba". La detención se tuvo lugar el 26 de junio de 1989 en la puerta de su casa en Huamanga, el joven tenía 20 años.

En el Perú todavía se espera  la constitución del Plan de Búsqueda de Desaprecidos, que estaría a cargo del viceministerio de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia. Mientras tanto, muchas familias siguen en la incertidumbre de no saber que pasó con sus seres queridos, sin llegar un lugar donde llorarlos, sin tener un cuerpo que velar.













sábado, 20 de septiembre de 2014

¿DÓNDE ESTÁ ERNESTO?



El 21 de octubre de 1990, Ernesto Castillo Páez  fue detenido y secuestrado en el distrito de Villa el Salvador por efectivos policiales, quienes luego de intervenirlo lo despojaron de sus pertenencias y obligaron a meterse en la maletera del patrullero para partir con rumbo desconocido. Desde ese momento no se ha sabido nada de su paradero. Lo único cierto es que Ernesto fue torturado y asesinado, sindicado injustamente como miembro de Sendero Luminoso.

Él era estudiante de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Lima (PUCP) y fue detenido mientras realizaba encuestas  para sus prácticas pre profesionales que desarrollaba en diversos distritos populares de Lima. Por desgracia, aquel día Sendero Luminoso realizaba actividades afines a su ideología criminal en el distrito, lo que motivó a la policía a realizar un operativo en el que se detuvo a varias personas, entre ellos a Ernesto que nada tenía que ver con aquella manifestación.

A partir de ese momento su familia inició una búsqueda infatigable que no se ha detenido hasta el día de hoy. Incluso el padre de Ernesto, el señor Cromwell Castillo ha presentado una denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) debido a que 3 de los 4 sindicados como asesinos de Ernesto han sido liberados sin que muestren la más minima piedad para decir donde se encuentran el cuerpo del estudiante.

La lucha por encontrar los restos de Ernesto continúa y es responsabilidad del Estado Peruano dar cumplimiento a esta obligación no sólo moral sino jurídica, ya que la CIDH en sus dos sentencias contra el Estado Peruano lo insta a que cumpla con esta obligación.

Estas fotografías son parte de la campaña realizada por la Coordinadora Contra la Impunidad CCI, para mostrar la constante lucha del padre de Ernesto, Cromwell Castillo, por encontrar a su hijo. Como Ernesto, son más de 15 mil peruanos y peruanas desaparecidos. La exigencia se hace evidente, un plan de búsqueda de desaparecidos efectivo.
















lunes, 14 de julio de 2014

INDOLENCIA Y TIERRA EN CIENEGUILLA




Texto y fotos: Miguel Gutierrez


Sentadas sobre su dolor, Susana Amaro y Pilar Fierro tocan la tierra que cubre la cruz sepultada. Y con ella las fosas y las investigaciones para recuperar los restos de los estudiantes y el profesor que todavía faltan encontrar. 

Como todos los años, ellas llegaron hasta Cieneguilla junto a los demás deudos para recordar a sus familiares desaparecidos. Tras un largo peregrinaje hasta el lugar, no pudieron avanzar más. Una montaña de tierra cubría lo que para ellos era un camposanto, un espacio de memoria y un altar donde pensaban instalar las flores y las velas que se quedaron apretadas a las manos impotentes.

Hilario Amaro fue el primero en enfrentar al olvido. Trepó arañando cada metro de tierra, mientras se hundían sus pies sobre el silencio de todo el lugar. No lo detuvieron ni el miedo, ni el odio, ni los años. Al llegar sólo atinó a decir señalando: “Allá estaba la cruz, allá estaba mi hijo.”

La indiferencia de la fiscalía y la indolencia de la constructora fueron cómplices para que el tiempo y los culpables sepultaran todo rastro de los cuerpos. La verdad no debe ser obstruida, la indiferencia no debe ser institucionalizada.











martes, 1 de julio de 2014

FAMILIARES DE DESAPARECIDOS EXIGEN EXHUMACIÓN EN BASE DE CANARIA

http://www.larepublica.pe/30-06-2014/familiares-de-desaparecidos-piden-exhumacion-en-base-de-canari




Texto y foto: Miguel Gutierrez


Los recuerdos de Mariluz Tacsi del 26 de junio de 1983 son apenas una sombra en su memoria. Disparos, gritos, puertas rotas. Su padre, Alejandro Tacsi Ramos, fue detenido junto a otros 33 campesinos de la comunidad de Hualla del distrito de Victor Fajardo en Ayacucho cuando ella apenas tenía 3 años. Todo lo que sabe se lo contaron sus hermanas, que fueron testigos de la violencia con la que irrumpieron en su casa y la de sus vecinos.
 Su madre junto a otras mujeres de la comunidad corrieron tras el vehículo cargado de hombres que se dirigía a la base militar de Canaria. Al llegar, Margarita Tomayro vio como entraban los que nunca más volverían a salir. “Mi madre estuvo detrás del camión hasta que un policía la empujo para que se fuera, la amenazó diciendo que si no se iba, también la iban a matar”.

A pesar que el caso del cuartel de Canaria ha sido registrado en la CVR y existen testimonios que afirman que allí ingresaron decenas de detenidos que nunca salieron, las investigaciones a la zona todavía no han sido oficializadas ni presentadas ante la fiscalía como un documento formal. Únicamente existe el esfuerzo de mantener viva la memoria por parte del Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF).

Es la propia Mariluz, quien está organizando a otras familias de desaparecidos para exigir a las autoridades se inicien las exhumaciones y se oficialice la denuncia. “Deberíamos juntarnos todos los familiares de los desaparecidos para que así haya más apoyo y puedan hacernos caso las autoridades.”



martes, 8 de abril de 2014

LOS AUSENTES NOS FALTAN A TODOS


Texto y fotos: Miguel Gutierrez

Su cuerpo es un canto rodado, sus manos un poco de tiempo y de memoria, sus ojos distancia y dolor. Kenneth Anzualdo tenia 25 años cuando fue secuestrado, asesinado y desaparecido por el gobierno de Albero Fujimori. Sus derechos como ciudadano no fueron argumentos para que sus asesinos lo detuvieran, ni tampoco sirvió su condición de humano para torturarlo, asesinarlo y desaparecerlo. Así como Kenneth, son más de 160 mil los peruanos asesinados, victimas del conflicto armado interno.
El sábado 5 de abril, se realizó la inscripción simbólica en piedras de 18 de aquellas victimas y 3 casos colectivos en el monumento Ojo que Llora. La acción estuvo a cargo de la Asociación Pro Derechos Humanos, APRODEH y el Equipo Peruano de Antropología Forense, EPAF como parte de su búsqueda de verdad y justicia, y siguiendo las recomendaciones de la CVR en el proceso de reparaciones simbólicas.
 Este es un breve homenaje y una mirada personal a quienes sobrevivieron, a los familiares de los asesinados y los desaparecidos, a las madres, padres, hermanos, tíos, amigos. Porque, de alguna forma, los peruanos ausentes nos faltan a todos.