Texto y foto: Miguel Gutierrez
Los recuerdos de Mariluz Tacsi del 26 de junio de 1983 son apenas una sombra en su memoria. Disparos, gritos, puertas rotas. Su padre, Alejandro Tacsi Ramos, fue detenido junto a otros 33 campesinos de la comunidad de Hualla del distrito de Victor Fajardo en Ayacucho cuando ella apenas tenía 3 años. Todo lo que sabe se lo contaron sus hermanas, que fueron testigos de la violencia con la que irrumpieron en su casa y la de sus vecinos.
Su madre junto a
otras mujeres de la comunidad corrieron tras el vehículo cargado de hombres que
se dirigía a la base militar de Canaria. Al llegar, Margarita Tomayro vio como
entraban los que nunca más volverían a salir. “Mi madre estuvo detrás del
camión hasta que un policía la empujo para que se fuera, la amenazó diciendo
que si no se iba, también la iban a matar”.
A pesar que el caso del cuartel de Canaria ha sido
registrado en la CVR y existen testimonios que afirman que allí ingresaron
decenas de detenidos que nunca salieron, las investigaciones a la zona todavía
no han sido oficializadas ni presentadas ante la fiscalía como un documento
formal. Únicamente existe el esfuerzo de mantener viva la memoria por parte del
Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF).
Es la propia Mariluz, quien está organizando a otras familias de desaparecidos para exigir a las autoridades se inicien las exhumaciones y se oficialice la denuncia. “Deberíamos juntarnos todos los familiares de los desaparecidos para que así haya más apoyo y puedan hacernos caso las autoridades.”
Es la propia Mariluz, quien está organizando a otras familias de desaparecidos para exigir a las autoridades se inicien las exhumaciones y se oficialice la denuncia. “Deberíamos juntarnos todos los familiares de los desaparecidos para que así haya más apoyo y puedan hacernos caso las autoridades.”
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