Texto y foto: Miguel Gutierrez
En julio de 1986, Sendero Luminoso ingresó a la comunidad Lucmahuayco en Vilcabamba asesinando cruelmente a los pobladores adultos. Los ataban de manos y pies y los metían a la escuela para luego prenderles fuego, quemándolos vivos mientras los hijos y demás familiares sobrevivientes miraban y lloraban con impotente dolor. Ronaldo Casas Álvarez tenía 2 años de edad, no recuerda nada. Fue su abuela quién le salvó la vida desplazándose a otra comunidad cercana. En 1993 Ronaldo regresó buscando a sus hermanos, sin saber si estaban vivos, sin tener ninguna información de ellos, pero no los encontró, su tía le dijo que cuando salieron del pueblo los había visto con vida pero no tenía ninguna referencia de su ubicación. Desde entonces pasa los días buscándolos, de pueblo en pueblo, por varias ciudades, sin encontrar respuesta en ningún lugar.
En julio de 1986, Sendero Luminoso ingresó a la comunidad Lucmahuayco en Vilcabamba asesinando cruelmente a los pobladores adultos. Los ataban de manos y pies y los metían a la escuela para luego prenderles fuego, quemándolos vivos mientras los hijos y demás familiares sobrevivientes miraban y lloraban con impotente dolor. Ronaldo Casas Álvarez tenía 2 años de edad, no recuerda nada. Fue su abuela quién le salvó la vida desplazándose a otra comunidad cercana. En 1993 Ronaldo regresó buscando a sus hermanos, sin saber si estaban vivos, sin tener ninguna información de ellos, pero no los encontró, su tía le dijo que cuando salieron del pueblo los había visto con vida pero no tenía ninguna referencia de su ubicación. Desde entonces pasa los días buscándolos, de pueblo en pueblo, por varias ciudades, sin encontrar respuesta en ningún lugar.
